Yo he sido una ola
que no ha llegado a puerto.
que no ha llegado a puerto.
Me diluí en el
viaje,
en la mansa espera,
en aguardar un
porvenir
fabricado de
promesas.
¡Ahí estaba el
puerto!,
pero no para mí.
Mi destino no
escondía
destino alguno;
solo ser
agua inmolada,
vaivén inicuo,
sal dulce,
invisible,
nada.
sal dulce,
invisible,
nada.
Qué insignificante
acontecer,
qué desazón infame
sentir la vida como
un naufragio,
saberme un navegante
incauto
en esta inmensidad
de mentiras...
Ahora el horizonte
es un color.
Ahora duele el
futuro procrastinado,
algo de mí, tal vez
mi cansancio,
puede que mi
desilusión,
no lo sé, en
cualquier caso
mi voluntad exinanida,
negra, lánguida,
inasible,
anegándose en mil
lágrimas mudas.
Es cruel el océano.
Yo he sido una ola
que no ha llegado a puerto.
que no ha llegado a puerto.
.
Qué bonito, siempre me ha gustado el mar y su perpetuo movimiento.
ResponderEliminarUna ola que no ha llegado a puerto, precioso
Besos