La
vida es muy larga.
Larga
como la lengua negra de la Serpiente Arco Iris.
Larga
como la hoja en blanco del soldador de expurgos.
Larga
como la hora llena de segundos de los que pasan hambre,
tan
larga como los días llenos de horas llenas de segundos de los desalentados.
Larga,
vaya, como la espera de Oliverio Girondo, análoga a la mía,
y
la del teniente Drogo que esperaba con miedo a los tártaros,
de
la misma manera que, esperanzado, aguardaba Kavafis dicha barbarie.
La
vida es muy larga.
Larga
como el brazo de la ley, como la violencia sin perdón del obediente.
Larga
como las noches sin estrellas ni suelo de los borrachos.
Larga
como la declaración de amor de un tartamudo,
tan
larga como la sonrisa de un ludita ante el escaparate de un AppleStore.
Larga,
en fin, como el dilatado arrepentimiento de Earl Partridge,
lamentándose
de que no, la vida no es corta, es larga,
¡muy
larga, maldición!, inacabable, tanto que ya viene durando 38 cansados años.
.
La vida, como el tiempo, es relativa.
ResponderEliminarEl cansancio tiene solución... cierra los ojos e imagina que pierdes el tiempo...
¡No seas bárbaro!