«Sólo hay mierda y a la mierda se la insulta.»
—“Diarios”, Alejandra Pizarnik—
Dudar de la meritocracia, antisistema.
Señalar la ficción del dinero,
antisistema.
Creer en futuros no distópicos,
en mañanas luminosos, antisistema.
Preguntarse montañas de grijo,
antisistema.
Cuestionar cada dogma y, en paralelo,
profesar fe ciega en el hombre,
sin nunca apostatar, antisistema.
Leer, antisistema.
Pensar, antisistema.
Dudar, sobre todo esto:
¡dudar!, antisistema.
Pues bien…
Antisistema vuestra normalidad.
Lo normal. Los normales.
Vosotros. Menudo descojono.
¡Basta! ¡No llamemos normal
a lo que hace todo el mundo!
Antisistema vuestra vulgaridad.
Antisistema vuestra puta madre.
.
Abrazos de un anormal que no es antisistema, sino que quiere uno distinto.
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